jueves, 8 de mayo de 2008

El viaje en tren

Me estoy acostumbrando a viajar en tren. Cada día me gusta más. Me gusta sentarme en el vagón, observar a la gente, e imaginar cómo será su vida, dónde van, de dónde vienen… Me gusta aprovechar el viaje y desconectar del mundo, escuchar música, sacar mi libreta (ahora siempre la llevo encima), y ponerme a escribir, aunque la mayoría de veces no viajo sola.

Siempre coincido con amigas de clase, por lo que muchos días, en lugar de aislarme en mi mundo interno, imaginamos qué haremos ese día, y a la vuelta nos divertimos recordando lo mejor.

Hay otros días en los que no nos apetece recordar, y empezamos a planear qué hacer el fin de semana, cuando quedar para cenar, para salir de fiesta… o simplemente, nos ponemos a cantar. A esas horas de la tarde, cuando la mayoría de viajeros vuelven solos y en silencio a casa después de un día de clases o de trabajo, nosotras, con nuestras risas contagiosas, y nuestra voz a veces más alta de lo habitual, acostumbramos a ser el centro de atención. De vez en cuando ves a alguien girando la cabeza cuando lo miras, escuchando sin poderlo evitar… pero seguramente yo haría lo mismo.

Me gustan muchos los viajes con ellas, porque por muy malo que haya sido el día, siempre sabemos como animarnos las unas a las otras. Hemos formado una pequeña familia, y ya no nos conformamos con vernos cinco días a la semana durante las cinco horas de clase y las dos de viaje. Cada vez queremos más. Y me encanta que así sea…

1 comentario:

Anónimo dijo...

yo si que te quiero mi niña!! madridddddd!!!! si si si!! y barbacoa el Domingo pero que perfecto!!



lu*.