Otro final...

Todos somos conscientes de que todo, absolutamente todo, tiene un final. Lo que ocurre es que ese final no siempre llega cuando nosotros deseamos.
Algunas veces tarda más de lo esperado en llegar, nos impacientamos, deseamos que todo acabe, y que lo haga pronto…
Otras, queremos que no acabe nunca, que no llegue el final, o que tarde mucho tiempo en venir…
Pero lo cierto es que no podemos controlar algunos finales. Simplemente llegan, cuando menos los esperamos, y no sabemos reaccionar. Esperamos que sea un tremendo error del destino, que se haya confundido, que no sea a ti a quien te toca vivir ese final. Deseas volver atrás en el tiempo, y cambiar todo aquello que haría que nada acabase.
Pero no podemos, no podemos volver atrás; no sirve de nada pensar en aquello que podrías haber hecho, ni en aquello que podrías haber dicho, ni sirve de nada pensar en lo bonito que sería si no acabase...
Que la vida es dura y complicada lo sabemos todos, no es nada nuevo, pero de vez en cuando nos da por ponernos melancólicos, por pensar en todos los finales que ha habido en nuestras vidas, en aquellos que nos han alegrado y en aquellos que nos han entristecido, en todo lo que podría haber sido y ya nunca podrá ser…
Un nuevo final ha llegado a mi vida, para bien o para mal, eso aun no lo sé, pero debo seguir adelante, pensar en todo aquello que aun no ha acabado, aprender a ser capaz de emocionarme con ello, aprender a vivir sin lo que se ha ido, e intentar no llorar a cada minuto pensando en lo bonito que fue.
Hay finales felices, otros tristes, pero la vida son finales… incluso la vida tiene un fin.