Este el puerto de Soller, al norte de Mallorca.
Es uno de mis pequeños paraísos, al que me encanta ir, siempre que mi economía y mi tiempo me lo permiten.
Echo de menos los paseos por su playa, las puestas de sol en el mirador, salir a navegar, ver a mis abuelos, las ovejas de la finca, el burro Platero, las enseimadas del desayuno, la limonada a media tarde, las noches en el muelle...
Espero volver a disfrutar de estos pequeños placeres muy pronto.
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